La hipermetropía es una patología muy frecuente en la población aunque no suele tener complicaciones graves, su tratamiento y corrección no es complicado y existen varios tratamientos para la hipermetropía.
Esta patología consiste en un defecto que se produce en el ojo por el cual los rayos de luz inciden y convergen en la parte posterior de la retina formando así la imagen lo que provoca borrosidad cuanto más cerca esté el objeto. Habitualmente este defecto lo provocan variaciones en la forma o tamaño del ojo lo que produce que las imágenes se vean desenfocadas. A este defecto se le conoce normalmente como defecto ocular de refracción y puede decirse que los hipermétropes ven peor de cerca que de lejos.

Tratamiento de la hipermetropía

Su tratamiento es sencillo y puede realizarse mediante el uso de lentes compensatorias convexas. Pero para una corrección definitiva puede recurrirse a la cirugía refractiva mediante láser, la técnica más habitual y que puede emplearse en la mayor parte de casos según las condiciones del paciente. Las condiciones para poder operarse de hipermetropía suelen ser que el paciente sea mayor de edad y el defecto refractivo lleve estable al menos durante 2 años. En las personas de edad más avanzada y debido a los cambios fisiológicos que se producen, es recomendable valorar más factores que puedan hacer que sea más recomendable emplear otros tipos de técnicas. Además, para que la cirugía láser sea completamente eficaz deben cumplirse otra serie de condiciones fisiológicas de la córnea como la curvatura o la forma. La hipermetropía es fácil de detectar mediante instrumental óptico adecuado que realizan algo que podría asemejarse a ecografías para los ojos. La cirugía refractiva con láser más habitual lo que hace es modificar la forma de la córnea para variar el grado de refracción que tiene el ojo. Para ello se separa el epitelio de la córnea con un preciso láser y posteriormente, mediante un segundo tipo de láser diferente, se modela la córnea para corregir las dioptrías que se quieran. Para finalizar se vuelve a cubrir la zona tratada con el epitelio que se separa al principio. Lo bueno de esta técnica es que no necesita puntos y se restrablece rápidamente la superficie ocular, en pocas horas el paciente notará que su visión mejora y en poco más o menos 24 horas los resultados serán casi definitivos, aunque se necesitan unas pocas semanas para completar su total restauración.
Para tratar la hipermetropía es más que recomendable acudir a profesionales cualificados y de contrastada reputación, que tengan la experiencia y tecnología adecuada para llevar a cabo una cirugía refractiva exitosa que corrija la hipermetropía.