Estudios realizados recientemente demuestran que, en nuestro país, 1 de cada 5 parejas tienen problemas para ser padres. Cada vez son más las personas que se someten a un tratamiento de reproducción asistida para incrementar sus opciones de concebir un hijo. A mediados del siglo XX, la aparición de nuevos fármacos hizo que las técnicas de reproducción asistida se convirtiesen en una opción real para aquellas mujeres que presentaban dificultad a la hora de quedarse embarazadas. Después, en los años 80, la aparición de la técnica de fecundación in vitro, junto con la microinyección espermática, que se popularizó en la década de los 90, incrementó el número de personas con posibilidad de beneficiarse de la reproducción asistida, sobre todo en el grupo que presentaba un factor masculino severo.

 

Pero, ¿qué técnica elegir? ¿qué factores determinan la elección de un método u otro? ¿son todos los procedimientos igual de eficaces? La realidad es que, hoy en día, existen diversas posibilidades al alcance de aquellas parejas que quieren sentir la emoción de ser padres. La prestigiosa clínica de reproducción asistida en Barcelona Fertilab, con más de 15 años de experiencia en el sector, señala la importancia de realizar un estudio completo y una valoración de ambos integrantes de la pareja para definir las causas y, a continuación, decidir el tratamiento más adecuado en cada caso. Factores como la edad, el tiempo de esterilidad, la reserva folicular, los parámetros seminales o la permeabilidad tubárica condicionan la elección del método. En este sentido, los especialistas de Fertilab recomiendan comenzar por el procedimiento más sencillo y el que más posibilidad de éxito promete.

 

A juicio de los profesionales de esta clínica de reproducción asistida en Barcelona, la opción terapéutica más compleja y vanguardista no tiene por qué ser la más adecuada para todos los casos. Hay parejas que pueden lograr resultados exitosos con un método más sencillo y económico. Lo importante es que cada tratamiento se adapte a cada caso concreto. De manera general, el equipo que integra este centro recomienda la inseminación artificial en mujeres de menos de 40 años con permeabilidad tubárica demostrada y, como mínimo, 3 millones de espermatozoides con movilidad progresiva.

 

Dentro de los procedimientos de reproducción asistida, la vertiente psicológica y emocional es muy importante, porque la pareja deposita sus esperanzas en el proceso, lo que puede generar grandes dosis de incertidumbre, angustia y frustración. Contar con el apoyo de un psicólogo es básico para canalizar el estrés y mantener la ilusión intacta.