Creativa, auténtica, casera y sana. La cocina catalana, estandarte de la dieta mediterránea con suscalçots, sus escalibadas y sanfainas, es una de las mejores razones para organizar un viaje gastronómico a Barcelona. Cuna de los grandes chefs del país, Cataluña es un destino perfecto para disfrutar de una ruta culinaria de alto nivel y a buen precio.

Preparar un viaje gastronómico a Barcelona es sencillo y barato, sobre todo en esta época del año: Las conexiones de transporte a la capital catalana desde cualquier punto de España son cómodas y con precios asequibles. Las posibilidades de alojamiento son múltiples, desde un hotel en Barcelona con una buena calidad precio a un hotel de lujo en Barcelona. Y los restaurantes en la ciudad condal son muy variados, tanto en cocina típica catalana como en precios.

Los amantes de la buena mesa disfrutarán con las múltiples propuestas que una ciudad comoBarcelona esconde en las cocinas de sus restaurantes tradicionales. En todos los platos, se aprecia una mezcla cosmopolita de influencias francesas, italianas y árabes que dan ese toque de distinción y sabor propio de la cocina catalana.

Los productos estrella utilizados para sus platos más típicos son las hortalizas y el aceite de oliva. Todo natural, con procesos de elaboración muy básicos y ceñidos al estilo tradicional, para que el protagonista del plato sea el auténtico sabor de los elementos que lo componen.

Un buen viaje gastronómico a Cataluña, sobre todo si es en invierno, debe incluir un buen entrante de calçots. Este plato típico de la región occidental catalana, concretamente de Valls, en la comarca del Alt Camp, consiste en los gajos tiernos de las cebollas, recogidos de tal modo que son perfectos para asar a la brasa, sobre una gran parrilla.